18.3.24

Sueños lúcidos


Idealizamos las cosas; lo sé. Y les solemos buscar más significados de los que en sí mismos puedan tener. Son esas ideas que navegan por los ríos tortuosos que serpentean entre barrancos de imaginación y las empinadas laderas del deseo. Pero están ahí y a mí, me han acompañado prácticamente desde la infancia. 
Docenas de veces he soñado despierto con ello. 



A mí me hubiera gustado nacer en el Japón rural. A principios del siglo XX. En alguna pequeña aldea campesina, ayudando a la familia a cosechar el arroz en la plana y cultivar el té en la montaña.
Hubiera tenido que aprender desde la infancia, el valor del esfuerzo y el precio personal de cada logro. Hubiera caminado kilómetros cada día, para asistir a la escuela y al final de la adolescencia, posiblemente hubiera migrado a la ciudad para estudiar alguna ciencia; posiblemente biología o medicina. Me habría casado con alguna estudiante de la universidad y habríamos formado una familia duradera, feliz y con dos o tres hijos. Muy posiblemente en Hiroshima.
No me cave la menor duda de que estaría afiliado a algún movimiento disidente con la divinidad del emperador, y habría hecho lo imposible por evitar el ejército. 
Hubiera sufrido con el ascenso del militarismo y el auge del ultranacionalismo. Sin duda hubiera estado muy preocupado con la invasión de Manchuria y aún peor con los hechos de Pearl-Harbor y la guerra mundial, la llamada guerra del Pacífico. Todos sabemos como se sufre por los hijos. 
Pero una luz cegadora y un calor inmenso, apagan para siempre esos sufrimientos, una soleada mañana de un 6 de agosto, después de una calurosa y húmeda noche de verano, desintegrando los cuerpos de los míos y desapareciendo al instante. 
Un final contundente para un sueño lúcido.

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11 comentarios:

  1. Aquest entorn rural que somies, el tenies a qui mateix en néixer. No fa falta anar al Japó. I a més t'estalviaries el regalet de l`Enola Gay.

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  2. jajaja Pues la verdad, a mi me cuesta imaginarte de japonesito dócil haciendo reverencias cosechando arroz y té, si acaso más al estilo samurai catana en mano.. siento muchísimo destrozarte el sueño, pero es que tu personalidad choca frontalmente con esa sumisión y abnegación tan del carácter japonés, te guste o no, tienes espíritu guerrero : )

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    1. No me destrozas nada Maria. No tienes ni idea de como es mi personalidad. Debe ser algo relacionado con una deformación profesional y una cierta tendencia a juzgar. Pero eres abogada (tengo entendido), no eres psicóloga. En cualquier caso, es agradable ver que como mínimo alguien intenta interpretar lo que dices. Otros, ni siquiera se molestan, ni se acercan por aquí.
      Y para finalizar: Se puede ser (hablo simbólicamente) un japonés que hace reverencias (educado, que no dócil) y al mismo tiempo manejar muy bien la katana.
      Pero puedes segur intentándolo. A lo mejor, me descubres algo.

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    2. Lo dudo mucho, q siga intentándolo y q tú aprendas algo, a la vista de cómo reaccionas a comentarios bien intencionados con los q comprendo no estés de acuerdo, es evidente q tú no te percibes como te muestran tus letras - a veces- más no podemos apreciar de ti en este medio . A lo mejor los demás, son bastante más inteligentes q yo q me dan un sopapo y vuelvo a por otro. Pero yo sí intentaré aprender, descuida !!

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    3. ¿Seguro que soy yo el que reacciona mal? A mí solo me molestó un poco ese "te guste o no" que quiere tener una contundencia que creo que está fuera de lugar. En cualquier caso, creo que diga lo que diga, lo único que voy a conseguir es liarla más. Liarla parda en honor a mi apellido. Así que lo doy por terminado.

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  3. El ruido y la furia, siempre parecen estar en contra de los sueños. Lo mejor es agarrarse a la vida, seguir soñando y seguro que alguno se consigue.
    Aunque con lo poco que te conozco, no creo que puedas quejarte.

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    1. Entre la imaginación y el deseo hay todo un valle de posibilidades. No; no me quejo. Menos aún sabiendo que ya llevo 13 años de propina. Saludos Juan.

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  4. "Son esas ideas que navegan por los ríos tortuosos que serpentean entre barrancos de imaginación y las empinadas laderas del deseo. ", me encanta, ademas de parecerme muy certera, esta imagen de la imaginación y el deseo.
    Hay un paisaje, un dibujo, no una foto, de un valle japonés, que me acompaña en el recuerdo desde que la descubrí hace años y que siempre he deseado haber" estado" allí. Si la encuentro, pirque en el ultimo teasiego de cambio de ordenador se me trastocó te la enseñaré, creo que te gustaría.
    los sueños nos mantienen vivos.
    un besote

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  5. No sé si nacer a principios del XX en Japón -¿o en Europa?- era para desear de poder elegir. Visto todo lo que vino encima bajo los auspicios del Emperador del Sol Naciente daría miedo. Bueno, veo la deriva de tu texto en plan de ironía oculta hacia Hirhosima mon amour, tras el repaso por toda la aventura nipona. Soplan vientos actuales que acaso dejen pequeño aquello y están más cerca. Yo no me reiría ni por asomo. Debe ser que mi pesimismo no me salva.

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    1. En cualquier caso, estimado Fackel y sin ánimo de molestar a nadie, puestos a elegir, creo tenerlo bastante claro.

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